Parece que el calor ha llegado para quedarse y nos apetecen bebidas más fresquitas. Ya empezamos a pedir vinos blancos, que se sirven a menor temperatura que los tintos.
Antes de que empieces a pedir, te desmontamos algunos mitos para que puedas consumirlos con mejor criterio y conocimiento 🙂
El vino blanco se elabora solamente con uvas blancas:
A diferencia del vino tinto, pueden emplearse uvas blancas y tintas. Y es que el color del vino se lo dan la piel y las pepitas de la fruta. Un vino hecho con uvas blancas es <<Blanc de Blancs>>, y uno elaborado con uvas negras es <<Blanc de Noirs>>.
Hay que tomarlo a muy baja temperatura:
Otra de esas afirmaciones que necesitamos desmitificar CON URGENCIA. La temperatura de servicio siempre depende del vino que bebamos. Los vinos jóvenes, frutales y florales, pueden servirse a 4 o 5ºC sin que se vean afectadas sus cualidades organolépticas. En cambio, en los blancos con crianza y/o madera, apreciaremos mejor los matices con menos frío. ¡¡Eso sí!! Hasta un máximo de 12ºC.
Son más ligeros que los tintos:
Pues…. Otra vez, DEPENDE. Suele ser así porque la maceración con la piel es más corta; lo que significa que tienen menos taninos y otras sustancias que influyen en la estructura final del vino. Pero, si tenemos una variedad de uva potente, sus cualidades nos darán un vino con la misma presencia que un tinto.
Se estropean al cabo de un año:
Algunos blancos, como los de Garnacha Blanca, pueden envejecer en barrica y dar buenos resultados. Los albariños y verdejos también aguantan largas crianzas. No serán tan longevos como los Gran Reserva tintos; pero podemos encontrar blancos con reserva y más de 10 años de envejecimiento en botella.
¡Cuéntame qué otros mitos conoces sobre el vino blanco!