Lo cierto es que los vinos son como seres vivos porque, una vez embotellados, desarrollan sus propiedades hasta que llega al punto óptimo de consumo. Después de ese momento, va perdiendo cualidades hasta que se termina estropeando. Al ser una bebida tan delicada, también es importante el modo en que cogemos el recipiente en que lo vamos a beber.
La copa de vino tiene tres partes:
- Cáliz, balón o cuerpo: es donde se vierte el vino. Su forma dependerá de la variedad, estilo…
- Tallo, fuste o pierna: es la parte encargada de unir el cáliz con la base
- Base o pie: es la pieza encargada de sujetar la copa. Suele tener forma circular; pero puede tener distintos diseños
- Boca: es la abertura de la copa. Su tamaño depende de la concentración de aromas del vino. La forma (abierta o cerrada) depende de cómo se dirige el vino a la lengua.
¡Ahora sí! Estos son algunos tips para coger, correctamente, tu copa de vino. Esto puede salvarte en cualquier evento:
- Nunca cojas la copa rodeando el cáliz. Debes hacerlo, siempre, por el tallo o fuste.
- Puedes coger la copa por el medio del tallo o, mejor aún, por la parte inferior. Además de ser más correcto o elegante, respectivamente, evitarás calentar el contenido de la copa.
- Cuando bebas tu vino, hazlo, siempre, por el mismo lado del cáliz. De este modo, conseguirás que la boca de la copa no se manche.